"Uno de los grandes retos globales que condiciona el momento actual y que explica nuestro tiempo es la desigualdad. La evolución de los procesos de globalización, liderados por la agenda neoliberal, ha acelerado la concentración de la riqueza en manos de unos pocos y acentuado la desproporción entre una élite económica, el llamado 1% de la población y el resto de la humanidad, en un proceso que cuestiona los fundamentos de nuestra sociedad presente y futura."
Si durante la emancipación respecto del Antiguo Régimen, la lucha por la igualdad fue uno de los motores para la consecución de los derechos y las libertades democráticas que dieron lugar a la modernidad, hoy nos damos cuenta de que la creciente desigualdad produce formas cada vez más asimétricas e ilegítimas de poder. Son varias las voces que afirman que la consolidación de las estructuras actuales...
"Uno de los grandes retos globales que condiciona el momento actual y que explica nuestro tiempo es la desigualdad. La evolución de los procesos de globalización, liderados por la agenda neoliberal, ha acelerado la concentración de la riqueza en manos de unos pocos y acentuado la desproporción entre una élite económica, el llamado 1% de la población y el resto de la humanidad, en un proceso que cuestiona los fundamentos de nuestra sociedad presente y futura."
Si durante la emancipación respecto del Antiguo Régimen, la lucha por la igualdad fue uno de los motores para la consecución de los derechos y las libertades democráticas que dieron lugar a la modernidad, hoy nos damos cuenta de que la creciente desigualdad produce formas cada vez más asimétricas e ilegítimas de poder. Son varias las voces que afirman que la consolidación de las estructuras actuales de distribución de bienes y recursos hace inviable cualquier realización de los ideales democráticos.
La desigualdad, sin embargo, no se manifiesta sólo en la vertiente económica sino que genera y reproduce estructuras de exclusión y discriminación en muchas otras esferas que colisionan de manera directa contra los principios liberales y democráticos y ponen en peligro la cohesión de nuestras sociedades, consolidando un sistema cada vez más injusto. Hablar de desigualdad es tan hablar de desigualdades sociales, culturales de género, de acceso a la educación, la salud ...
Si bien la toma de conciencia sobre la desigualdad es notoria ante el empobrecimiento y la precarización generalizada, la desaparición de las clases medias o el desmantelamiento del estado del bienestar, la reacción para invertir la tendencia es todavía muy limitada. Sigue sin prosperar un consenso alternativo con un relato capaz de sustituir los dogmas dominantes y que fomente la aparición de nuevos modelos más justos y equitativos.
La erosión de la política tiene mucho que ver. La soberanía de los estados se ha visto desplazada definitivamente por los centros de decisión económica y hacia el difuso mercado financiero transnacional. Esta es una de las causas, pero también tiene mucho que ver la desaparición de alternativas ideológicas con capacidad de construcción y transformación.
"La respuesta a la desigualdad es compleja y controvertida y centra buena parte de la discusión política, económica y del pensamiento contemporáneo actual. Un debate que, por otra parte, no se puede plantear de manera parcial o desde una dimensión geográfica determinada o local, sino que sólo será válido si se orienta a escala global y ambiciona definir los futuros paradigmas a evolucionar. "
Ante la desigualdad creciente, las respuestas a articular van más allá de reivindicar el concepto de igualdad. Combatir la desigualdad significa hacer frente a los desequilibrios que se manifiestan tanto a nivel local como global. Implica repensar las relaciones de poder que ordenan las relaciones humanas y las comunidades y dirigir la mirada hacia los graves conflictos que amenazan la estabilidad y la paz de la comunidad internacional.
Hoy las respuestas a la desigualdad reflexionan sobre una idea de bien común que desde una perspectiva crítica e integral desarrolla el concepto de equidad vinculado al progreso y la justicia social y que a la vez incorpora modelos de eficiencia, sostenibilidad y cooperación y realización del propio proyecto vital en plena libertad. El debate sobre cómo articular políticas para enderezar la desigualdad mientras se estimula la prosperidad económica es más vigente que nunca y ocupa buena parte de la discusión académica y política. Sin embargo, y tal y como afirma Thomas Piketty, conviene superar los enfoques más estrechos que pretenden cuestionar la desigualdad sólo desde la perspectiva de la economía y hoy es imprescindible integrar a la vez todas las disciplinas de las ciencias sociales para hacer frente a un reto tan complejo. Abordar, pues, la desigualdad implica una aproximación omnicomprensiva que combine aspectos sociales, económicos, políticos, así como simbólicos, culturales y filosóficos. Implica partir de una reflexión global, para analizar el alcance y los posibles consensos que nos permitan dibujar nuevos caminos de entendimiento en el espacio local. O al menos conocer los límites y matices que permitirían convertir la hoja de ruta en una agenda compartida.
Desde esta perspectiva, este proyecto propone iniciar un conjunto de actividad centradas en la desigualdad que contribuyan a generar el debate necesario en nuestro país, para incidir en la agenda pública, conectarnos con los debates globales que se están produciendo, y explorar la sensibilidad de los agentes locales para compartir las propuestas de cambio que se están debatiendo.
Hasta el momento se han realizado 9 conferencias con la participación de los siguientes expertos internacionales: Joseph Stiglitz, Kate Pickett, Gabriel Zucman, Jacob S. Hacker, Frank Moulaert, Marisol García, Colin Crouch, Manuel Castells, Marc Fleurbaey, Andrew Williams y Paula Casal. Las conferencias han ido acompañadas de un seminario con académicos y de un encuentro-debate con líderes empresariales con el fin de explorar los límites de consenso.
Fruto del debate entre académicos se ha publicado el documento "Explorando los límites del consenso para combatir las desigualdades"